Una de las cosas que a nivel global considero que no se ha logrado evitar, es el exponer a los niños a las crueldades del mundo, y al decir el mundo me refiero a la humanidad (la madre naturaleza golpea duro, pero no es cruel). Sin embargo, por el mismo hecho de ser niños, estos tienen la habilidad de crear su propio mundo, muchas veces logrando disfrutar aún en las condiciones más tristes y devastadoras.
La cruda realidad golpea diariamente a estos seres, porque se los sumerge en un mundo del cual ni los adultos tienen todas las explicaciones y que compite con su propia naturaleza de inocencia y ternura.
Uno de los principios más trabajados por UNICEF es que los niños son solidarios, tolerantes, generosos, amables, y demás cualidades y virtudes. Y siempre hacen la reflexión del por qué se olvidan todas esas cualidades al crecer.
Les comparto dos imágenes que me gustaron mucho. Una me la pasó un amigo es una caricatura que refleja a lo que se expone a los niños, y la otra es una fotografía de la naturaleza cariñosa de los niños, hasta en las peores condiciones.
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